miércoles, 29 de octubre de 2014

Principales formas de relieve


El relieve terrestre, como se aprecia en la imagen, son las distintas formas que posee la corteza terrestre o litosfera en su superficie. Se forman tanto en las tierras emergidas, como en el relieve submarino o fondo del mar. Su origen es debido al equilibrio existente entre las fuerzas internas de la Tierra, como el vulcanismo, y las fuerzas externas, como la lluvia o el viento.
De los procesos que tienen lugar entre ambas fuerzas surgen cuatro formas de relieve: las montañas, las llanuras, las mesetas y las depresiones.

Relieve caracterizado de la corteza continental

Montañas: también conocidas como montes, son elevaciones que se forman en la corteza. Su altura supera los 500 metros. Su origen es tectónico, por plegamiento, aunque también pueden ser de origen volcánico. Cuando surgen varias montañas alineadas forman cordilleras o sierras.





Mesetas:  o altiplanicies también son extensiones de terreno poco inclinado, pero su altura es de más de 500 metros. También son conocidas como altiplanos o altillanos.

Llanuras: también se conocen como planicies, y son extensiones de terreno planas o prácticamente planas, con muy poca inclinación. Poseen menos de 500 metros de altura sobre el nivel del mar.



Depresiones: son relieves cuyo nivel es relativamente menor que el nivel del mar. Se dividen en absolutas, con una altitud inferior al nivel del mar, o relativas, cuando su relieve es de menor altitud relativa que los de sus alrededores.



Relieve característico de las cuencas oceánicas:


Plataforma continental:

Se trata de aquella superficie situada bajo el mar y ubicada cerca de la costa, que se extiende desde el litoral hasta aquellas profundidades que no superan los doscientos metros.

Puede decirse, por lo tanto, que la plataforma continental es la parte del continente que está cubierta por el océano antes de que éste alcance una gran profundidad. Tiene su origen en la costa y finaliza cuando llega a la barrera continental.


Taludes continentales:


El talud continental es una parte de la morfología submarina, ubicada entre los 200 a 4.000 metros bajo el nivel del mar.


Esta zona tiene un fuerte relieve o declive, en la que se encuentran profundos valles, grandes montañas y gigantescos cañones submarinos. En los taludes continentales se producen grandes deslizamientos ya que el origen de los mismos está en la acumulación sucesiva de sedimentos procedentes, a veces desde distancias considerables, desde los continentes más cercanos.


Las condiciones de vida oceánica se hacen muy difíciles por lo que el volumen de la biomasa disminuye. A esta región también se le llama zona batial. Esta unidad morfológica, es la porción del fondo oceánico, que se extiende a partir del borde de la Plataforma continental hasta una profundidad de 1.000 a 4.500 m. Su pendiente media es de 5° a 7° grados, aunque a veces alcanza 25º y en ocasiones rebasa los 50°. En amplitud varía de 8 a 10 km. hasta 250-270 km.

La morfología del talud continental consiste generalmente en una planicie inclinada, desmembrada en escalones en los que el piso de cada uno limita con un escarpe que se interpreta con frecuencia como falla normal.
En la mayoría de los casos los pisos no están cubiertos de sedimentos, siendo frecuente la existencia de depresiones del tipo de los cañones submarinos.

Estas formas (los cañones submarinos) son características del talud continental, y a partir de su límite con la plataforma continental inciden verticalmente, alcanzando en algunos casos 2.000 m de corte vertical y cientos kilómetros de longitud.

Cuencas oceánicas:


Hidrológicamente, una cuenca oceánica puede ser en cualquier lugar de la Tierra está cubierta por agua de mar, pero geológicamente cuencas oceánicas son grandes cuencas geológicas que se encuentran por debajo del nivel del mar. Geológicamente, hay otras características geomorfológicas submarinas como las plataformas continentales, las fosas oceánicas profundas, y las cordilleras submarinas que no se consideran parte de las cuencas oceánicas, mientras que hidrológicamente, las cuencas oceánicas son las plataformas continentales que flanquean y poco profundas


Dorsales oceánicas:


Las dorsales oceánicas se generan cuando en el Manto terrestre se produce un ascenso de rocas fundidas que rompen la corteza oceánica y dan lugar a la formación de una fisura de miles de kilómetros de longitud en la que se produce un intenso volcanismo. El ascenso de magma provoca un abombamiento en la corteza, seguido de un estiramiento y la consiguiente rotura. Este proceso es consecuencia de las corrientes convectivas generadas en el Manto. Una dorsal es por tanto el borde divergente de dos placas oceánicas. La actividad eruptiva asociada a las dorsales permite el desarrollo de cordilleras submarinas que pueden alcanzar  miles de metros de altura, llegando a aflorar sobre la superficie del océano y permitiendo el desarrollo de islas o archipiélagos volcánicos. Las dorsales oceánicas son el lugar en el que se genera corteza  y se produce la expansión de los fondos oceánicos. Una dorsal se estructura en forma de fosa tectónica con horst en sus márgenes. En las dorsales oceánicas se desarrollan fallas de transformación con una importante componente horizontal. Estas fracturas alcanzan longitudes de miles de kilómetros. El Océano Atlántico se encuentra surcado por una gran dorsal que lo recorre de norte a sur. Las cimas de la Dorsal Meso-Atlántica  se ponen de manifiesto en Islandia donde es posible seguir la fractura que divide en dos el fondo del Atlántico. En las dorsales oceánicas en gradiente geotérmico es más elevado, como también lo es la gravedad. En los bordes de las dorsales oceánicas la nueva corteza generada se dispone en bandas paralelas. En estas bandas las rocas adquieren la orientación que en esos momentos tenga el campo magnético de la Tierra. Esto permite  establecer la edad de estas lavas y la velocidad de expansión de los fondos oceánicos.

Relieve de las costas:

Península:

Una península es una porción de tierra rodeada de agua por todas partes, excepto por una. de cierta estrechez, conocida como istmo y que será la que cumple la función de unirla a otra porción de tierra que ostenta una extensión mayor, generalmente un continente.



Cabos o Puntas:



El término cabo acepta varios usos, dependiendo del contexto en el cual se lo mencione.

En Geografía, un cabo es una pequeña península que penetra el mar, especialmente si su presencia afecta a las corrientes, generando dificultades para la navegación. Está conformado por una masa de tierra la cual se proyecta hacia el interior del mar y existen una gran cantidad de cabos que justamente son muy populares como consecuencia de la mencionada dificultad de navegación.

Golfos:


Es un accidente geográfico caracterizado por una extensa porción de mar u océano que se interna en la tierra y se encuentra situada entre dos cabos o penínsulas.







Relieve Terrestre

Relieve Terrestre

El relieve terrestre, como se aprecia en la imagen, son las distintas formas que posee la corteza terrestre o litosfera en su superficie. Se forman tanto en las tierras emergidas, como en el relieve submarino o fondo del mar. Su origen es debido al equilibrio existente entre las fuerzas internas de la Tierra, como el vulcanismo, y las fuerzas externas, como la lluvia o el viento.

De los procesos que tienen lugar entre ambas fuerzas surgen cuatro formas de relieve: las montañas, las llanuras, las mesetas y las depresiones.
Las montañas, también conocidas como montes, son elevaciones que se forman en la corteza. Su altura supera los 500 metros. Su origen es tectónico, por plegamiento, aunque también pueden ser de origen volcánico. Cuando surgen varias montañas alineadas forman cordilleras o sierras.

Las llanuras también se conocen como planicies, y son extensiones de terreno planas o prácticamente planas, con muy poca inclinación. Poseen menos de 500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Las mesetas o altiplanicies también son extensiones de terreno poco inclinado, pero su altura es de más de 500 metros. También son conocidas como altiplanos o altillanos.

En cuanto a las depresiones, son relieves cuyo nivel es relativamente menor que el nivel del mar. Se dividen en absolutas, con una altitud inferior al nivel del mar, o relativas, cuando su relieve es de menor altitud relativa que los de sus alrededores.

Orígenes del relieve

Teorías de Wegener:

Fue en la década iniciada en 1960 cuando los científicos plantearon una verdadera revolución en los conceptos de la Geología Oceánica. Todos los datos que se habían reunido durante las cuatro décadas anteriores, sobre sondajes a grandes profundidades, muestras y fotografías del fondo marino, mediciones del flujo de calor y del magnetismo, son ahora reinterpretados según el concepto de la teoría de las placas tectónicas, que postula que la corteza terrestre está formada por placas que son creadas en las cordilleras mezo-oceánicas y destruidas en las fosas marinas vecinas a los continentes.

En estos tiempos, considerando las dificultades que tendrían las plantas para poblar continentes separados por miles de kilómetros de mar abierto, los geólogos creían que los continentes habrían estado unidos por puentes terrestres hoy sumergidos. En 1885 y basándose en la distribución de floras fósiles y de sedimentos de origen glacial, el geólogo suizo Suess propuso la existencia de un supercontinente que incluía India, África y Madagascar, posteriormente añadiendo a Australia y a Sudamérica. A este supercontinente le denominó Gondwana.


El astrónomo y meteorólogo alemán Alfred Wegener (1880-1930) fue quien propuso que los continentes en el pasado geológico estuvieron unidos en un supercontinente de nombre Pangea, que posteriormente se habría disgregado por deriva continental. Su libro Entstehung der Kontinente und Ozeane (La Formación de los Continentes y Océanos; 1915) tuvo poco reconocimiento y fue criticado por falta de evidencia a favor de la deriva, por la ausencia de un mecanismo que la causara, y porque se pensaba que tal deriva era físicamente imposible.

Teorías de la tectónica de placas


Las placas litosfericas:

La tectónica de placas considera que la litósfera está dividida en varios grandes segmentos relativamente estables de roca rígida, denominados placas que se extienden por el globo como caparazones curvos sobre una esfera. Existen siete grandes placas como la Placa del Pacífico y varias más chicas como la Placa de Cocos frente al Caribe.
Por ser las placas parte de la litósfera, se extienden a profundidades de 100 a 200 km. Cada placa se desliza horizontalmente relativa a la vecina sobre la roca más blanda inmediatamente por debajo. Más del setenta por ciento del área de las placas cubre los grandes océanos como el Pacífico, el Atlántico y el Océano Indico.

Movimientos de los bordes de las placas:

A las zonas de separación de la placas litosféricas se les denomina límites de placa. Debido a los posibles movimientos relativos de dos placas, estos límites se clasifican en:



Límites divergentes: 

Cuando el movimiento de las placas es de separación, deja un "hueco" aprovechado por rocas magmáticas para generar nueva corteza oceánica. También se les llama Zonas de Dorsal o límites constructivos.





Límites convergentes:

 Cuando el movimiento que realizan las placas es de aproximación, obliga a una  de las placas (la más densa) a introducirse bajo la otra en un proceso que se denomina subducción.
   A estas zonas también se les denomina zonas de subducción o límites destructivos.






Límites transcurrentes. 

Existen zonas donde el movimiento de las placas es paralelo y de sentido contrario, conocidas también por zonas de falla transformante.





Así, estos límites dividirían en placas una litosfera en continuo movimiento, con unas placas creciendo a partir de su límite de dorsal y otras menguando a partir de su zona de subducción.
 Los movimientos divergentes

Los movimientos divergentes producidos por las dorsales, implican una permanente expansión de los fondos oceánicos. Esta expansión se origina en un proceso de ruptura continental. 

Actividad interna del planeta


Volcanes:

Las erupciones volcánicas son explosiones o emanaciones de lava, ceniza y gases tóxicos desde el interior de la Tierra a través de los volcanes.




¿Por qué se producen y qué daños provocan?



Se producen por el calentamiento del magma del interior de la Tierra, el mismo que busca salir a través de los volcanes. Las erupciones volcánicas pueden provocar daños irreparables tales como la pérdida de vidas humanas. Algunas víctimas mueren por lesiones o quemaduras provocadas por los escombros de estructuras derrumbadas por las ondas sísmicas del volcán, o por la lava emanada. Otros perecen por inhalar gases venenosos, y hasta hay personas que mueren por el intenso calor presente en el área del siniestro.

Materialmente, las erupciones volcánicas son devastadoras, ya que pueden producir sismos, deslizamientos de tierra, incendios, y hasta tsunamis si la erupción ocurre cerca el mar. Si en su zona de influencia se encontrasen hospitales, centros de salud, escuelas, sistemas de agua y viviendas en general, podrían ser destruidos totalmente

Las cenizas pueden dañar los cultivos, contaminar el agua y la atmósfera por largo tiempo, llegando incluso a cambiar los patrones climáticos del área.

Sismos:

La capa más superficial de la Tierra, denominada Litosfera es rígida, está compuesta por material que puede fracturarse cuando se ejerce presión sobre ella y forma un rompecabezas llamado Placas Tectónicas. Estas placas viajan como "bloques de corcho en agua" sobre la Astenosfera, la cual es una capa visco-elástica donde el material fluye al ejercer una fuerza sobre él. Este fenómeno provoca el movimiento de las placas y es justo en los límites entre placas, donde hacen contacto unas con otras, generando fuerzas de fricción que mantienen atoradas dos placas adyacentes, produciendo grandes esfuerzos en los materiales. Cuando se vence la fuerza de fricción, se produce la ruptura violenta y la liberación repentina de una gran cantidad de energía acumulada, generándose así un temblor que radía dicha energía en forma de ondas que se propagan en todas direcciones. 




Procesos que modelan el relieve terrestre

La superficie topográfica se modifica continuamente por la acción conjunta de procesos geológicos externos (erosión litoral, erosión de suelos,sedimentación, movimientos de glaciares, colapsos kársticos, expansividad de arcillas, migración de dunas, etc.) y de procesos geológicos internos (movimientos de placas litosféricas, terremotos,erupciones volcánicas, etc.). Estos procesos, además del clima y la litología y estructura de los materiales terrestres, condicionan el tipo de relieve.


Acción de los agentes erosivos:

Agua:
 Las aguas continentales son un agente erosivo de primera magnitud. En forma de ríos que discurren sobre la superficie, o de corrientes subterráneas, el agua desgasta los materiales que hay por donde pasa y arrastra los restos en dirección al mar, dejándolos depositados en diversos lugares, formando nuevos suelos y, en definitiva, modelando el paisaje.
El agua crea cascadas, gruras, desfiladeros, meandros y deltas. En ocasiones inunda determinadas regiones, más o menos amplias, del territorio. La vida se ha desarrollado de forma más prolífera, desde siempre, en los márgenes de los rios.


La acción erosiva de los rios


La erosión debida a las aguas corrientes sigue las mismas etapas en que se divide de forma natural el curso de un rio. Hay una primera etapa en que la erosión mecánica provocada por el agua y los materiales que arrastra es muy intensa en el curso alto del rio. En la segunda etapa, de transporte, la erosión mecánica sigue activa pero empieza a actuar la erosión química. Esta tiene lugar en el curso medio. Finalmente, en el curso bajo predomina la sedimentación de los materiales transportados, la acción mecánica se reduce muchísimo y prácticamente sólo actua la erosión química.
La acción erosiva de un rio se debe a la energía del agua. Es capaz de arrancar trozos de roca que, al ser arrastrados por la corriente, actúan como un martillo sobre el cauce del rio, desprendiendo nuevos fragmentos. Como el cauce no es regular, se suelen producir remolinos que arrastran arenas y gravas, puliendo el fondo del río y creando cavidades.
Otras veces, la pendiente elevada hace el agua forme saltos, cascadas o cataratas, algunas de las cuales llegan hasta los 1000 metros de altura. La zona de salto retrocede gradualmente aguas arriba a medida que se desgasta. En otros casos, cuando el curso se encuentra con grandes obstáculos, el agua "busca" las zonas más frágines, las desgasta y forma desfiladeros o cañones.
En terrenos calcáreos es frecuente la aparición de cuevas subterráneas causadas por la erosión química del agua, que transforma el carbonato insoluble en bicarbonato soluble y, después, lo disuelve.


Inundaciones

Durante las temporadas de lluvias intensas o cuando se produce el deshielo, el caudal de un rio puede aumentar tanto que no quepa dentro de su cauce. Entonces el agua se desborda por las riberas. Este fenómeno se produce a veces de forma gradual, pero otras lo hace de forma violenta, provocando una gran erosión en todo el territorio.


Meandros

El resultado de la erosión consiste en materiales más o menos finos que el agua arrastra a lo largo del curso del rio. En el curso medio empiezan a depositarse cuando la fuerza de la corriente no es capaz de mantener estas partículas en suspensión.

Pero la fuerza erosiva actua después sobre estos depósitos y los desgasta más por la zona en que la velocidad del agua es mayor, mientras deposita nuevos materiales donde es más débil. El resultado final son unos depósitos de forma sinuosa que llamamos meandros. Con el tiempo y las crecidas, el rio puede volver a abrirse paso en línea recta, dejando en sus márgenes lagunas en forma de media luna que, con el tiempo, suelen secarse.



Los Deltas

El final del proceso erosivo fluvial tiene lugar en la desembocadura del rio, aunque en algunos casos la fuerza de la corriente es capaz de seguir erosionando el fondo de la plataforma continental y formar un valle submarino.
En muchos casos, sobre todo en grandes rios con mucha erosión, los materiales más finos se depositan en la desembocadura formando un delta.. Los deltas son, pues, terrenos sedimentarios extensos en los cuales hay un equilibrio constante entre la fuerza destructiva de la corriente y el depósito de nuevos materiales.

Viento: 

Comparado con el agua, el viento resulta un agente erosivo menos intenso, pero en las regiones secas adquiere una importancia muy especial. En estas zonas áridas el viento ha formado los desiertos, que constituyen una superficie muy extensa a lo largo y ancho de la Tierra.



El viento constante forma estructuras tan conocidas como las dunas, pero también produce otras formas muy particulares y, a veces, espectaculares, en las rocas de las regiones donde actua con mayor intensidad.

La acción erosiva del viento

El viento, por sí mismo, no tiene suficiente fuerza para producir efectos de meteorización. Lo que sí puede hacer es transportar partículas que, cuando chocan con el terreno, lo van desgastando. Este tipo de erosión suele ser lento y, para que se produzca, el territorio debe estar desnudo, ya que la vegetación disminuye o anula el efecto.

La erosión eólica se produce, pues, en zonas áridas, como los desiertos y la alta montaña. Estos tienen además otra característica imprescindible: las grandes diferencias de temperaturas. Esto hace que la roca se rompa y la erosión eólica pueda actuar con mayor eficacia.

La corrosión es la abrasión sufrida por las rocas al ser friccionadas por los impactos de las partículas arenosas que son transportadas por el viento. Cuando estas partículas golpean las rocas sufren a su vez una transformación, tomando un aspecto redondeado. Cuando el viento pierde fuerza va depositando los materiales transportados de forma gradual, lo que habitualmente da lugar a la acumulación de partículas de similar tamaño y peso.

Seres vivos:

También los seres vivos modifican el paisaje, a veces, de forma lenta y casi imperceptible y, otras, de forma rápida y violenta. Las plantas superiores, que tenen raíces, ejercen una labor intensa se excavación mecánica del sustrato, en busca de agua. Pero, aunque menos visible, también es importante la erosión provocada por pequeños vegetales y organismos, como los líquenes.
Tambien erosionan los animales. Pequeños invertebrados, como los gusanos, airean el terreno y permiten la entrada de agua en la roca madre. Existen microorganismos cuyas secreciones atacan químicamente las piedras. Por último, los animales superiores pueden excavar y erosionar de muy distintas maneras.

La acción de los vegetales

Las plantas superiores, que tienen raíces, ejercen una labor intensa de excavación mecánica del suelo, en busca del agua que necesitan para su subsistencia. Algunas de estas raíces son capaces de atravesar sustratos de rocas blandas o, incluso, romper otras más duras.
Pero, aunque menos visible, el trabajo de otros vegetales y organismos, como los líquenes, es quizás todavía más importante, hasta el punto que se les considera los verdaderos indicadores o pioneros de la formación de los suelos. En efecto, los líquenes actuan sobre las rocas desnudas, empiezan su descomposición y permiten que otros organismos mayores continuen la tarea.


La acción de los animales


Pequeños invertebrados como los gusanos y algunos insectos airean el suelo, pero también contribuyen al proceso de meteorización de la roca madre al permitir la entrada de aire y agua, así como de microorganismos productores de secreciones que reaccionan químicamente con la roca, transformándola y erosionándola.
La labor que llevan a cabo los animales es, en general, complementaria de la que realizan otros agentes erosivos en las etapas primarias del proceso de meteorización. Sin embargo, tiene una especialísima importancia en la formación de los suelos.
Los animales ejercen una erosión mecánica con la escavación o construcción de nidos y madrigueras, así como por el paso de grandes manadas por las mismas sendas. También ejercen un control sobre la población vegetal de la que se alimentan. Finalmente, producen secreciones y excreciones de materiales que tienen un alto poder corrosivo y pueden descomponer las rocas, facilitando la acción de otros agentes.